lunes, 26 de noviembre de 2007

CAPITULO V - EL AMANECER -



Larga es la noche para aquel que espera el amanecer. . .









Protegido por un manto de oscuridad espero la claridad de un nuevo día, que falto de luz solar adormece entre las espesas nieblas y los potentes focos que intentan iluminarlo, espero el despertar de la que aun puede soñar, la que ha mantenido la ilusion. Educada por su abuelo, un eminente biólogo que sigue empeñado en hacer florecer de nuevo la vida, a pesar de sus continuos fracasos, su familia pereció en la ultima guerra. . Me han sido revelados los datos de su existencia y aun me pregunto que le impulsa a soñar en cambiar el curso de este apagado mundo; mañana quizá pueda saberlo ahora solo me queda esperar y velar por ella. De nuevo noto la sensacion de que alguien me observa.
-¿quien eres, sal de las sombras?
- Veo que no has perdido facultades , soy yo Gabriel, me han enviado para advertirte que tengas cuidado, al amanecer habrás hecho tu elección, si sigues queriendo custodiarla, estarás solo, todo dependera de ti, pues aunque el cielo no puede intervenir oficialmente, entre las sombras encontraras a mas de un enemigo y no solo serán humanos.
- ya hice mi elección hace demasiado tiempo, nada hará que cambie de parecer, seré su luz o su sombra para custodiar su destino,¿ quien te envía?
- Eso no importa, debo partir ya cumplí mi función en este día.
Demasiado pronto ha llegado el mensajero, detrás de el vendrán mas y no serán tan amables, ¿quien moverá los hilos esta vez?, inmerso en mis pensamientos empieza tenuemente a llegar el amanecer.

viernes, 16 de noviembre de 2007

CAPITULO IV - EL DIA DEL HOMBRE


Todo ser toma conciencia de su existencia el día que se da cuenta de que vive. . .








Larga fue la lucha que empezamos, al tener el convencimiento de que obrábamos siguiendo el dictado de nuestro corazón, por aquellos a quien amábamos; quizá dejamos de ser ángeles y experimentamos la libertad, quizá fuera esa la razón que nos movió a revelarnos, aun así sabíamos nuestro destino antes de empezar, uno tras otro vi como cayeron, vencidos en numero y fuerzas, conocimos la derrota. Fue entonces cuando le fue entregado al ser humano su destino en una caja cerrada, la cual decidiría su fin o su principio; aun no adivino que fue lo que izo que fuera la mujer a la que yo amaba la que tuviera el destino de la humanidad en sus manos, recuerdo como inocentemente abrió lo que creía un hermoso principio, sentí en su mirada el amor que de ella emanaba hacia mi en ese instante, como creía en la hermosura de la vida , vi en su sonrisa una intensa luz justo antes de que abriera la caja, después surgió la oscuridad y mil males arrasaron la ciudad y al planeta, condenando a la humanidad a la noche eterna. Yo tan solo vi desplomarse su cuerpo y su alma ser absorvida por aquella caja que quito toda bondad al hombre, apagando toda luz antes de volver a cerrarse, cegado por el dolor que ese día conocí por primera vez, desgarrandome por dentro la triteza que nunca antes conocí, en un impulso de liberarme , me arranque las alas para ser un instante mortal y así poder volver abrir la caja, pues solo a los mortales le fue dado ese privilegio; conseguí abrirla desesperado busque su alma, pero tan solo emano la esperanza y con ella una nueva luz ilumino al mundo dándole a la humanidad un nuevo principio y la elección de elegir su propio destino, el hombre fue dotado de su libre albedrío y de la dualidad, los ángeles subieron al cielo, otros fueron desterrados, ami me toco peor suerte, me confinaron a custodiar este mundo, ya no era un ángel con alas y tampoco un hombre, herido en mi interior me sentí perdido, aun así tenia mas de una vida para encontrarme.
Vuelvo a la realidad dejando los recuerdos de nuevo ocultos en mi interior, hay alguien mas conmigo puedo sentirlo, conozco a las almas libres como esta, mis amigos nocturnos que a la luna contemplan, quizás yo solo sea como ella y refleje la luz, o tenga un alma mas felina que humana al sentirme libre.

jueves, 8 de noviembre de 2007

CAPITULO III - EL PRINCIPIO-





La decisión acertada es aquella que tomas sin dudar. . .








Miro al oscuro y gasificado cielo, mientras poco a poco me dejo llevar por el recuerdo de aquellos días, en la oscuridad del callejón por un instante pierdo la noción del tiempo y me dejo llevar una vez mas por las emociones de mi alma, ya he llegado a mi destino como tiempo atrás también lo hice, me abandono entre mis pensamientos y vuelvo a ver aquellos días donde el cielo era de un azul intenso y el sol brillaba en todo su esplendor iluminando al mundo y al principio de la primera humanidad, vuelven de nuevo las imagenes que nunca olvido. Yo que conocí el umbral de la puerta de la luz, los siete cielos, que pasee entre las nubes hasta aquel día, el día en que se nos ordeno venir al mundo y enseñar a los hombres. Un grupo de nosotros fuimos destinados a custodiar y ayudar a este planeta y velar por el ser humano; yo era uno de ellos, uno de aquellos a los que llamaron ángeles custodios.
El tiempo y la dedicacion a nuestra misión nos mezclo con los hombres y mujeres de la tierra, fue así como mi hermano llamo al planeta, Tierra, nuestra tierra donde compartiamos todas nuestras enseñanzas , la armonía ,la luz de nuestro conocimiento y nuestra libertad; fue ayi donde el hombre aun demasiado pronto aprendió a desarrollarse y crecer, fue ayi donde le fue otorgada la tecnología y el desarrollo, donde floreció la cultura y la ciudad mas grande que nunca antes ni después ha tenido la humanidad, algunos la llamaron Atlantida, otros la conocimos por el nombre de la ciudad de los sueños, alcanzo tanto conocimiento como orgullo arraigo en el hombre, que poseedor de tanto poder represento una amenaza para el universo.
Por eso y a pesar de nuestro intento de poner orden, ante la situación que se avecinaba nuevos grupos de ángeles bajaron del cielo, entre ellos los arcángeles, que dispuestos a poner orden en el universo, sentenciaron al hombre a su extinción.
Fue aquel día cuando nos revelamos, amábamos al ser humano y se nos otorgo la misión de convivir y cuidar de ellos, ángeles lucharon contra ángeles por la humanidad, en la mayor de las batallas celestiales.

Decidimos que el hombre debía ser libre de su propio destino y luchamos por el, una parte del ser humano ya estaba con nosotros, libremente nos unimos al hombre y compartimos el amor entre hombre y mujer, yo también ame a una mujer, y luche por ella, junto a mi hermano, aquel que llamaron el elegido de dios, y que fue derrotado , junto con los demás al ver que sus alas de ángel perdían la luz dorada que les otorgaba el poder celestial.

domingo, 4 de noviembre de 2007

CAPITULO II LA LLEGADA




Oscuros días envuelven mi llegada, anunciada entre maullidos por aquellos que son libres, aunque sigan el viento de los acontecimientos. . .







Fue la esperanza la que me trajo hasta aquí o quizá el pasado, que ahora se me antojaba fresco presa de un capricho del destino que me hacia recordar que no era la primera vez, que veía el final de una humanidad, y como entonces, ahora tampoco estaba todo perdido; mis pasos abrieron el camino que seguía mi instinto para llegar a esta oscura ciudad, algo en mi interior me empujaba hacia mi nuevo destino y aun no sabia cual era.
Me deslice por las calles oscuras hasta un perdido callejón con el único motivo de encontrar la esperanza, sabiendo que siempre surgía un destello en los momentos mas oscuros llegue hasta ella, en el rincón mas olvidado de la ciudad ella me fue mostrada, para que no olvidara porque estaba aquí; aquella bella joven fue marcada desde su nacimiento por el aura de una estrella que seguía iluminándola, yo solo era el siervo una vez mas del destino. En todo este tiempo de aparente libertad, siempre tube una misión que cumplir, confinado en este mundo que yo elegí y en el que aparentemente todo estaba escrito; el gran orden universal establecía las leyes que lo regían todo y aun así era impredecible en su desenlace final.
Ahora que al fin había llegado me preguntaba: ¿en que era especial ese ser al que buscaba, porque se me había dado la oportunidad de redimirme y custodiarla? sabia que todo me seria desvelado a su tiempo, ahora solo debía velar por ella.
Me oculte en la oscuridad de la noche, en este remoto callejón, donde apenas la luz de una vieja farola luchaba por iluminarlo, y justo encima, su silueta me fue mostrada como una señal mas; por primera vez mis ojos recobraron una brizna de ilusión, la había encontrado, sentada en la cornisa, segura de si misma cual gata en la noche contemplaba su ansiada libertad, quizá soñando en que vinieran días mejores; mientras la miraba me deje llevar por los recuerdos de tiempos pasados, al principio de todo, aquellos días que nunca olvido, los que me han llevado al paso del tiempo hasta aquí.